DECÌMELO A MÌ...






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lunes, 9 de septiembre de 2019

RAÍCES PARA CRECER Y ALAS PARA QUE HAGAN SU PROPIO VUELO

Los Hijos... 

Acaso es cierto eso que  dice el poema de Kahlil Gigrán ..


"Tus hijos no son tus hijos 

son hijos e hijas de la vida
 deseosa de sí misma.
No vienen de ti sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen". 

Ha pasado el tiempo, las horas fueron días, los días meses, los meses años.. Llevo como logro más importante el título de madre, algo que me hizo convertir en mejor persona, en analítica incansable de cada decisión y sobre todo, selectora del tiempo que quiero elegir para ella, para mi trabajo o para mi. 


Ayer tuve la posibilidad de vincularme mediante mensajes con una persona absolutamente desconocida; que sin ningún tipo de necesidad me elogió una insignificante  parte de mi que tiene que ver con la escritura.. nada... no le creo demasiado a los halagos, eso es algo que jamás me sumó en nada... pero generó tres cosas en mi que permanecían dormidas: 


1- volver a conectarme conmigo misma para escribir acá, hoy esto que estás leyendo...


2- despertar curiosidad por conocer algo más acerca de él... algo relacionado a su vida, sus horas y lo que él nos permite que sepamos de su intimidad.


3- auto criticar mi gestión como madre...


Mi estimado Guillermo quiero que sepas que te stalkié.. sí!  Debo confesar que me llevó unos cuantos minutos intentar entender qué parte de vos te relaciona a mí, o qué es lo que te hizo utilizar parte de tu tiempo  para interesarte en este Blog que me sobran los dedos de las manos para contar cuantas personas lo conocen. 


 Y no encontré demasiado...


Pero hubo una parte de vos que me llenó de luz el futuro imaginario.

Hay unas palabras que leí que me hicieron admirarte, que despiertan mi ilusión, mis sueños más grandes, mi necesidad y mis ganas de hacer las cosas bien, como vos las hiciste. 

Cuando al leer una frase que escribiste sobre los hijos de la vida que según este Gibrán vienen a través tuyo pero no te pertenecen, es que empecé  a cuestionarme ciertas cosas del tiempo y de los hijos; del trabajo que lleva esa árdua tarea y que responsabilidad tan inmensa y tan preciosa a la vez tenemos como padres, como guía y como responsables. 


Hacemos alarde de los hijos y leemos y entendemos a este señor que nos quiere enseñar a comprender de ante mano que en algún momento estos guachos desagradecidos se van a ir a hacer su vida y nos vamos a quedar en el umbral de la puerta, sonriendo y saludando con la mano levantada como si no nos doliera que se vayan y a la vez no se nos infle el pecho de aire puro sabiendo que son sus logros, pero el ejemplo fuiste vos. 


Que la acumulación de llamadas de atención y consejos no fueron en vano, que había que soltar de una buena vez y comprender que cada alma tiene su misión y nos guste o no, somos libres y dentro de las posibilidades que nos ofrece la vida, elegimos... 


Nada nos llena más de miedo y de coraje que los hijos. Nadie nos doblega a más no poder y nos levanta con la fuerza de un volcán más que ellos porque ellos son nuestra mayor razón de ser. 


Vemos la nobleza en sus actos, la inocencia, la confianza, la tranquilidad  que su propia seguridad les otorga para desarrollarse, desenvolverse o relacionarse. 


Vemos que crecen, que cambian, que se adaptan, que cuestionan, observan, deciden...


Yo solo tengo una hija. Una sola que me llena la vida y no hay un solo hueco porque estoy hecha para ella.. Porque no hay manera de imaginarme sin Cata, porque su llanto es mi pena y su alegría mi felicidad... 


Quiero agradecerte, mi perfecto desconocido, porque al leer los logros que describiste de tus hijos, hiciste que analice paso a paso cada etapa de esta corta vida, de esta corta experiencia, de este aprendizaje permanente que día a día va creciendo y afirmando.


 Mis primeros diéz años como madre, mis primeros diéz años de amor que sigue creciendo infinitamente día tras día. Diéz años de tenerle miedo a la fiebre, al mosquito, a la oscuridad..


Ojalá dentro de algunos años  más sienta ese alivio de explicarle al mundo que lo he logrado, que he podido como madre soltera que soy aportar al mundo  una persona íntegra y formada de valores y respeto. Estoy muy convencida de que todos los días trabajo en función de lograr ese objetivo no por mi... sino por ella. 


Y todo esto, mi estimado señor G, lo he reconocido gracias a usted, porque nunca jamás me tomo el tiempo de pensar en lo que sí hago para ella.. Esta vez el  mimo me vino de arriba y sin lugar a dudas, quiero que el día de mañana cuando ya esté lista para iniciar ese vuelo sienta en alguna parte de su corazón que siempre tuvo una mamá orgullosa y convencida de que el único plan de Dios era traerme a la vida para conocerla a ella... a mi adorada Catalina. 


Gracias señor G.. hoy me hizo sentir feliz!